La fintech venezolana Kontigo, conocida por facilitar el acceso a servicios financieros digitales en el país, ha informado la suspensión temporal de sus cuentas bancarias domiciliadas en Estados Unidos. Esta medida, que tomó por sorpresa a la comunidad de usuarios este fin de semana, responde a una directriz directa de su proveedor bancario internacional.
Este servicio era una herramienta clave para miles de venezolanos que utilizan la plataforma para proteger sus ingresos en moneda dura y realizar transacciones internacionales sin las barreras de la banca tradicional.
El motivo de la pausa
A través de un comunicado oficial difundido en la red social X (antes Twitter), la empresa explicó que su socio bancario en EE.UU. solicitó una «pausa del servicio temporalmente». Aunque la fintech no detalló las razones específicas detrás de esta decisión del proveedor ni ofreció una fecha concreta para la reactivación, aseguraron estar trabajando activamente para encontrar una solución alternativa.

«Estamos trabajando en encontrar una solución», afirmó el equipo de Kontigo, reiterando su compromiso con la base de usuarios venezolanos que dependen de esta pasarela para su economía diaria.
Impacto en el ecosistema fintech local
Kontigo se ha posicionado como un actor relevante en el mercado venezolano al ser una de las pocas plataformas autorizadas oficialmente para operar con criptoactivos en el país. Su oferta de valor incluye:
- Conversión directa de dólares a USD Coin (USDC) mediante alianzas con la banca nacional (BNC).
- Compra de Bitcoin y otros activos digitales a través de Pago Móvil.
- Cuentas custodia en dólares para pagos en el exterior (el servicio actualmente afectado).
La suspensión de este último punto representa un revés significativo, ya que muchos freelancers y comercios utilizan estas cuentas para recibir pagos desde el extranjero y luego convertirlos a moneda local o criptomonedas según sus necesidades de flujo de caja.
La fragilidad de los «rieles» bancarios
Este incidente resalta la vulnerabilidad que enfrentan las fintech latinoamericanas que dependen de terceros («Banking-as-a-Service») para conectar con el sistema financiero estadounidense. A medida que las regulaciones se endurecen en el norte, los proveedores de servicios bancarios suelen revisar o pausar relaciones con socios en jurisdicciones consideradas de alto riesgo, afectando indirectamente al usuario final que busca refugio financiero.


