En un hito para la inteligencia artificial, Ji Yichao, cofundador de la empresa china Butterfly Effect, ha presentado la versión beta de Manus, un agente de IA que se autoproclama como «el primero realmente autónomo» a nivel mundial. Este innovador sistema ha superado en rendimiento a Deep Research de OpenAI y aspira a igualar el impacto de DeepSeek con su modelo R1, marcando un avance significativo hacia la inteligencia artificial general capaz de operar con mínima intervención humana.
Capacidades Revolucionarias de Manus
Manus está diseñado para actuar de manera independiente: puede iniciar tareas, analizar información en tiempo real y ajustar sus estrategias sin necesidad de supervisión constante. A diferencia de otros agentes de IA, este sistema navega autónomamente por la web, interpreta contenidos en pantalla y ejecuta diversas funciones con gran precisión.
En una demostración reciente, Manus destacó por su habilidad para procesar archivos zip con currículums, clasificando candidatos según vacantes disponibles y analizando sus habilidades en función de las tendencias laborales actuales. En otro ejemplo, al recibir la instrucción vaga de «encuéntrame un departamento en San Francisco», el sistema no solo buscó opciones basadas en la ubicación, sino que integró datos sobre seguridad, precios de alquiler y clima para ofrecer recomendaciones personalizadas.
Una Arquitectura Multiagente Innovadora
El éxito de Manus se basa en su arquitectura multiagente, que utiliza modelos especializados para tareas específicas en lugar de depender de una red neuronal única. Este enfoque permite descomponer trabajos complejos en partes manejables, asignándolas a algoritmos optimizados que operan dentro de un mismo proceso. Así, los usuarios pueden gestionar flujos de trabajo avanzados sin integrar manualmente múltiples herramientas de IA.
Además, Manus funciona de manera asincrónica en la nube, ejecutando tareas en segundo plano y notificando al usuario solo cuando los resultados están listos. Esta característica lo convierte en un asistente eficiente, ideal para quienes buscan soluciones rápidas sin supervisión constante.
Escepticismo y Comparaciones en la Industria
Aunque sus creadores celebran sus logros, algunos expertos cuestionan las capacidades de Manus debido a la poca transparencia sobre su tecnología, financiamiento y acceso restringido. Por ahora, el sistema está disponible en fase beta solo para usuarios seleccionados por invitación.

Aun así, Butterfly Effect asegura que Manus supera a Deep Research en la métrica GAIA benchmark, un estándar que evalúa asistentes de IA generalistas. Este rendimiento ha generado expectativas de que pueda replicar el impacto de DeepSeek-R1, un modelo chino que ofrece capacidades avanzadas de razonamiento a menor costo. Según Mario Krenn, del Instituto Max Planck, «experimentos que antes costaban más de 300 libras con OpenAI ahora se realizan por menos de 10 dólares», lo que podría impulsar la adopción de tecnologías como Manus.
Tensiones Geopolíticas y Rivalidad Tecnológica
El lanzamiento de Manus llega en medio de una creciente competencia entre China y Estados Unidos por liderar el desarrollo de la IA. Este avance ha generado incertidumbre en el mercado de valores sobre la rentabilidad de la inteligencia artificial y ha avivado las tensiones geopolíticas. David Sacks, asesor tecnológico de la Casa Blanca, ha acusado a Butterfly Effect de aprovechar conocimientos de modelos de OpenAI para desarrollar Manus.
Ambos países han intensificado esta rivalidad con restricciones comerciales: Joe Biden impulsó medidas para limitar la exportación de microprocesadores y modelos de IA a China, mientras que el gobierno chino respondió con prohibiciones similares. Alvin Wang Graylin, de HTC, advierte que «la ventaja percibida por Estados Unidos se ha reducido», urgiendo a una colaboración internacional en lugar de una carrera armamentista tecnológica.
Hacia un Futuro de IA Responsable
Manus no solo representa un salto técnico, sino también un punto de inflexión en el debate sobre el futuro de la inteligencia artificial. ¿Podría la web convertirse en un espacio dominado por máquinas que generan y consumen contenido entre sí, relegando a los humanos a un rol secundario? Mientras la tecnología avanza, expertos como Graylin enfatizan la necesidad de un enfoque colaborativo entre naciones para garantizar que la IA se desarrolle de manera ética y beneficiosa.