Después de seis años como CEO de Blue Origin, Bob Smith anunció en un correo electrónico a toda la empresa el lunes que “daría un paso atrás” como director ejecutivo de la empresa espacial fundada por Jeff Bezos.
“Ha sido un privilegio formar parte de este gran equipo y estoy seguro de que los mayores logros de Blue Origin aún están por venir”,
escribió Smith en el correo electrónico.
“Hemos escalado rápidamente esta empresa desde sus raíces de prototipado e investigación hasta convertirla en un negocio espacial importante y prominente”.
Poco después del correo electrónico de Smith, un portavoz de Blue Origin dijo que el nuevo director ejecutivo de la compañía será Dave Limp, quien dejó su cargo como vicepresidente de dispositivos y servicios de Amazon el mes pasado.
“Dave es un innovador probado con una mentalidad centrada en el cliente”, dijo el portavoz. “Tiene una amplia experiencia en la industria de alta tecnología y en hacer crecer organizaciones altamente complejas, incluyendo el liderazgo de Amazon’s Kuiper, Kindle, Alexa, Zoox, Fire TV y muchos otros negocios”.
Limp se unirá a Blue Origin en diciembre y se convertirá en el CEO de la compañía en ese momento.
Una gestión controvertida
Dejando de lado las formalidades, la gestión de Smith como director ejecutivo de Blue Origin ha sido difícil. Después de ser personalmente evaluado y contratado por Bezos, Smith asumió el cargo en 2017, con el mandato de transformar Blue Origin en una empresa espacial grande y rentable.
Si bien logró hacer crecer a Blue Origin, la empresa contaba con alrededor de 1.500 empleados cuando Smith comenzó, y ahora emplea a casi 11.000 personas, ha tenido importantes retrasos en varios programas clave, como el motor de cohete BE-4 y el cohete New Glenn.
Un periodista del portal Arstechnica especializado en el espacio, ha hablado con docenas de empleados actuales y antiguos de Blue Origin, y prácticamente ninguno de ellos ha tenido algo positivo que decir sobre la gestión de Smith como director ejecutivo. Además el mismo comenta que le pregunto a un empleado actual sobre la contratación de Limp el lunes por la tarde, y su respuesta fue: “Cualquier persona es mejor que Bob”.
Aunque no es un indicador exacto, Smith ha recibido consistentemente calificaciones bajas en Glassdoor por su desempeño como director ejecutivo de Blue Origin. Y hace dos años, un grupo de empleados actuales y antiguos de Blue Origin escribieron una carta contundente sobre la empresa bajo el liderazgo de Smith. “En nuestra experiencia, la cultura de Blue Origin se basa en una base que ignora la situación de nuestro planeta, hace caso omiso del sexismo, no está suficientemente atenta a las preocupaciones de seguridad y silencia a aquellos que buscan corregir los errores”, escribieron los autores del ensayo.
El desafío de Dave Limp
Con cualquier cultura empresarial, siempre habrá dificultades iniciales. Sin embargo, Smith trajo una mentalidad aeroespacial tradicional a una empresa que hasta entonces había sido guiada por una visión espacial innovadora, lo que llevó a una alta rotación de personal. Además, Blue Origin sigue estando en números rojos desde el punto de vista financiero. Es probable que Bezos siga proporcionando aproximadamente 2.000 millones de dólares al año para cubrir las necesidades de efectivo de la compañía.
Crucialmente, mientras Blue Origin deambulaba bajo la dirección de Smith, SpaceX se elevó, lanzando cientos de cohetes y miles de satélites. Es evidente que Smith no era el líder que Blue Origin necesitaba para hacer que la compañía fuera más competitiva frente a SpaceX en el ámbito de los lanzamientos y otras actividades espaciales. Adivinar cuándo Bezos finalmente despediría a Smith se convirtió en una especie de juego en la industria espacial.
Dave Limp: una apuesta para el futuro de Blue Origin
Para hacer que Blue Origin sea más competitiva, Bezos necesita acertar con esta contratación.
Originalmente informático, Limp comenzó su carrera en Apple a mediados de la década de 1980 y se desempeñó como director de la división de PowerBook para América del Norte y del Sur. También ha trabajado en capital de riesgo y como director de estrategia de Palm antes de unirse a Amazon en 2010.
En Amazon, Limp tuvo un trabajo de alto perfil supervisando el desarrollo de los dispositivos electrónicos de consumo de la compañía, incluyendo el Kindle, Fire TV y Echo, así como el asistente de voz Alexa. Algunos consideran que la imagen de Limp ha perdido brillo en los últimos años, ya que Alexa ha sido percibida como un “fracaso colosal” según algunos informes y, en parte, ha llevado a que Amazon elimine 10.000 empleos.
Limp tiene cierta experiencia en el espacio, ya que su división también supervisó el desarrollo de Project Kuiper, una megaconstelación que compite con el servicio de Internet Starlink de SpaceX y busca proporcionar Internet de alta velocidad desde órbita terrestre baja.
Llega a Blue Origin con mucho trabajo por delante. La compañía tiene importantes programas en fase de desarrollo, incluyendo el cohete de lanzamiento pesado New Glenn, el módulo de aterrizaje lunar Blue Moon y la estación espacial Orbital Reef. Debe equilibrar estas iniciativas con el trabajo continuo de aumentar la producción del motor de cohete BE-4 y la nave suborbital New Shepard de la compañía.
Es probable que Limp necesite priorizar algunos de estos esfuerzos para asegurarse de que al menos algunos de los programas logren llegar a buen puerto. Cuanto antes tome estas decisiones, es más probable que el futuro de Blue Origin sea brillante. Publicidad
